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¿Qué miedo nos da escuchar esta palabra…verdad? ¡muerte!

Nadie quiere pensar en ella, es una palabra tabú, vivimos cada día como si jamás no fuésemos a ir de este plano y de esta vida.

En lugar de vivir al máximo, aprovechando cada momento, aceptando que solo somos un alma, viviendo un experiencia temporal y carnal y que cuando esta obra teatral finalice, volveremos a casa…donde además nos recibirán si lo hemos hecho bien, todos los actores secundarios que participaron en ella y que ya trascendieron…

Como la oruga que se transforma en una preciosa mariposa, así somos nosotros, los humanos…la diferencia, es que nosotros siempre fuimos mariposas que se disfrazaron con este cuerpo denso, para poder tener una experiencia mortal que nos permita evolucionar como almas, experimentar aquello que en otros planos más sutiles no es posible y vivir una experiencia única hasta el momento en que nos toque volver a volar como mariposas o seres de luz.

Somos un pequeño fragmento de energía de la fuente universal, cada uno puede llamarla como quiera, Dios, fuente universal, energía, ese fragmento es nuestro espíritu, que se convierte un parte de sí mismo en alma, que es la que adquiere la sabiduría de todo lo aprendido y experimentado en esta vida y en muchas otras.

Aunque ya os lo explicaré más detalladamente en otros artículos, (donde os hablaré de la reencarnación y de la vida entre vidas) os diré que nosotros con la ayuda de nuestros guías y familia de almas, decidimos reencarnar en este u otros planos de existencia, según nuestro proceso evolutivo y nuestro nivel de aprendizaje.

Además de decidir cuándo, dónde y cómo nos vamos a encarnar, también en la mayoría de ocasiones decidimos o pactamos el momento y la causa de nuestro regreso al mundo espiritual, de donde realmente procedemos.

Ya sé que es difícil entender para nuestra mente humana, que en ocasiones como almas, decidimos irnos a los tres años de vida, a los cuarenta o a los 100, incluso que decidimos después de estar en el vientre materno, no nacer. Nada es casual, todo está previsto según nuestro plan divino de almas. 

Venimos con un propósito de vida y cuando este se acaba “volvemos a casa” y esta os recuerdo que es la frase más dicha por aquellos que han tenido una experiencia cercana a la muerte o en mi caso una experiencia astral o salida del cuerpo.

Aunque nos cueste creerlo este plano terrenal no es nuestro hogar, es tan solo una escuela, donde debido a su densidad, el aprendizaje es más intenso y nos permite experimentar y aprender de una manera más rápida e intensa como almas.

Nos han enseñado a vivir de espaldas a la muerte, a no hablar de ella, a temerla (sobre todo la mayoría de religiones), o quizás si no creemos en nada, a pensar que dejaremos de existir y nos convertiremos en la nada más absoluta…y todo ello, como es normal nos produce miedo. El miedo a lo desconocido es lógico, en este caso, yo diría a lo “olvidado”, porque por motivos que os contaré en otro vídeo, hemos olvidado quienes somos realmente, de dónde venimos y sobre todo que hemos nacido y trascendido en cientos de ocasiones, al menos la mayoría de las almas.

Como seres humanos que somos, nos dan miedo los cambios, aunque en ocasiones sean para mejor, el aventurarse en algo desconocido siempre causa temor y eso entra dentro de los normal. cambiar de trabajo, de estado civil, de pareja, de ciudad…

¡Cómo no nos va a dar miedo morir! si para la mayoría de personas, morir es desaparecer, desapegarse de lo material, de tu familia, de lo que recuerdas y conoces hasta el momento, nos han contado que existe un cielo y un infierno, nos han creado ese temor a la muerte en muchos casos preintencionadamente, para tenernos sometidos y con miedo.

El infierno, no existe, tampoco estaremos en el cielo flotando y aburridos. es nuestra conciencia quien se juzga al ver todo lo que ha hecho como humano, es nuestra alma la que se puede quedar atrapada debido a los apegos, a personas, a cosas materiales, dinero, culpas…

Si como yo, que desde bien pequeña, salía de mi cuerpo nada más acóstame, veía a mis padres hablar, mientras yo flotaba en el techo y los escuchaba, o veía a otros seres que no estaban encarnados), si como te digo hubieras experimentado lo que yo y cientos de miles de personas han experimentado y cuyas experiencias puedes encontrar en las redes sociales, libros, etc. ¡te aseguro que no temerías a la muerte!.

Una forma de dejar de temerle, es también con la hipnosis expansiva o regresiva, en la que de forma consciente accedes a tu alma o inconsciente y revives esas experiencias olvidadas en otras vidas, incluyendo la del fallecimiento.

Eso no quiere decir, que a los que estamos seguros de que la muerte no existe nos apetezca irnos, todo lo contrario, valoramos aún más la vida, la entendemos, comprendemos su proceso, el porqué de las cosas, de las circunstancias y aceptamos que todo es temporal y queramos disfrutarla al máximo.

Tampoco pretendo decirte, que, si estás en un proceso de duelo por alguien querido que ha transcendido, ¡que no sufras!, por supuesto que es normal y sano, llorar, echar de menos a esa persona y sentir su pérdida. pero no es más cierto, que ese ser, esa alma que se marchó, te sigue viendo y escuchando, yo siempre pongo el ejemplo de un cristal opaco en un coche, en el que tú no puedes ver a la persona que hay detrás, pero ella sí puede verte a ti.

Ese ser, sufre cuando tu sufres, porque él sabe que sigue vivo y se encuentra bien, no quiere que tú estés todo el tiempo sufriendo o no avanzando en tu vida por su pérdida…

Si tú alargas en exceso tu luto o duelo, no dejas que esa alma se marche en paz e incluso puedes hacer que no avance como debería en el mundo espiritual, dejándolo anclado a este por tu sufrimiento.

Cuando alguien que amamos se marcha de este plano de existencia, debemos hablarle, aunque no lo veamos, debemos decirle que lo queremos, si tenemos algún conflicto pendiente, decirle que le pedimos perdón y lo perdonamos también y que se vaya en paz. podemos visualizarlo al acostarnos rodeado de una luz blanca potente y nuestra forma de enviarle energía.

Otra cosa que las personas que creen en el más allá, suelen comentar, es que quieren recibir un mensaje de ese ser fallecido, para que les ayude a saber que está bien, y eso es precisamente lo que suelen hacer justo en los momentos inmediatos a su partida e incluso días después sobre todo a través de los sueños, señales, olores, moviendo objetos, etc.

Pero para ello, nosotros tenemos que tener nuestro campo energético abierto y limpio, si sufrimos en exceso, cerramos la posibilidad de que puedan comunicarse con nosotros, debido a nuestra baja vibración.

Autor: Isabel Cubellsla